Cambio de calderas a gas por calderas de condensación
Las normativas ambientales indican la eliminación paulatina de las fuentes de contaminación y la calefacción históricamente, ha sido uno de los objetivos a mejorar para cumplir con las metas propuestas. La renovación de calderas antiguas por las calderas de condensación, es una actividad planificada por las autoridades en la materia y en ella nos enfocamos.
En la actualidad observamos que el mercado dedicado a la compra y venta de artefactos para calefacción, se encuentra dominado mayoritariamente por el cambio o sustitución de los equipos caducos, por los que gozan de nuevas tecnologías que permitan ahorro energético y económico.
Cambio de calderas y el Plan Renove
La normativa actual ordena taxativamente la colocación de calderas de condensación en la construcción de edificaciones nuevas, y la sustitución de las calderas antiguas o convencionales ya existentes por no adaptarse a los parámetros legales sobre la materia. Ya durante el año 2016, según lo afirman las estadísticas, se sustituyeron cerca de 650.000 calderas convencionales de gas, y se instalaron en obras nuevas más de 50.000 calderas de condensación, ya que su rendimiento energético se adapta de forma precisa a las necesidades de bienestar en las viviendas y a las normas ambientales de la Unión Europea.
Esta abrumadora cantidad de sustituciones en un año, indica claramente la disposición de España a cumplir con las normativas europeas y contribuir decididamente a la lucha por un mejor ambiente, sin que se pierda la competitividad económica de la unión.
La comunidad europea aprueba ayudas económicas o subvenciones para que se proceda al cambio de las calderas antiguas de gas por las de condensación. En nuestro país se incentiva la sustitución con el «Plan Renove» que permite (no en todas las comunidades autónomas), la subvención a las viviendas para que se coloquen las nuevas calderas de condensación. Existe un conjunto de fabricantes que son autorizados para construir estas calderas y que están incorporados al plan. También se debe así como la instalación debe ser ejecutada por expertos certificados; estos son requisitos para acceder a la subvención, la cual tiene unos montos máximos que deben ser observados.
Por lo general en este proceso de sustitución, se solicita la compra de calderas de condensación que tengan clasificación energética A+, construida por alguna de las marcas que se ubique dentro del plan. Debemos destacar aquí a la comunidad de Madrid, donde existen actualmente más de 2 millones de calderas instaladas y el denominado Plan Renove Madrid 2018, suscrito el pasado 4 de mayo, y que persigue que el cambio de las calderas convencionales por calderas de condensación, se lleve a efecto de manera total para el presente año.
Debo cambiar mi caldera vieja por una de condensación?
Definitivamente la respuesta es SI, con mayúsculas. El tema de las calderas de condensación está bastante discutido y difundidas sus características ahorrativas de energía. Las calderas que tradicionalmente se han usado y que son las indicadas para ser sustituidas son aquellas que trabajan con combustibles como el gasóleo, butano, propano e incluso las calderas eléctricas, ya que sus gastos en energía son elevados. Al construir una vivienda o al efectuar una mudanza para otra casa, tenemos el deber de verificar que se utilicen las calderas de condensación para la calefacción y ACS.
Las calderas de condensación utilizan la tecnología más avanzada en cuanto a la producción de calor para calefacción y agua caliente sanitaria. Ellas aprovechan la energía calórica que tienen los gases emanados de la combustión circulando en su interior y lo convierten en más calor para la vivienda; esto produce un ahorro muy significativo desde el punto de vista energético para el propietario, lo que reduce la factura a pagar por consumo de gas, no olvidando el beneficio al ambiente al disminuir sensiblemente las cantidades de gases que producen efecto invernadero y contaminan nuestra atmósfera.
En algo hay que estar de acuerdo, debemos sustituir nuestras viejas calderas convencionales por las novedosas calderas de condensación, siempre apegados a las normativas para el suministro e instalación correctos.